miércoles, 18 de noviembre de 2009

Desamparados


La Estación de Desamparados, más conocida como Desamparados, así a secas, es un bello ejemplar de la arquitectura republicana (es decir la interpretación peruana y académica del neo-clásico) de nuestra cada vez más destartalada Ciudad de los Reyes, como su nombre lo indica fue creada para servir de estación ¿de que? de ferrocarril, de niño tuve el privilegio de tomar el tren a Chosica en más de una oportunidad en sus elegantes salones de espera así como desembarcar luego del retorno de Huancayo, pero eso ya nunca más sucederá, pues ahora la Estación de Desamparados se ha convertido en el Museo de la Literatura Peruana.

Desamparados es un edificio de tres niveles, fue diseñado por mi colega el arquitecto peruano Rafael Marquina, su construcción culminó en 1,912. Si bien es cierto los elementos arquitectónicos son eclécticos (columnas dóricas, vitrales y herrería art noveau, carpinteria neo-clásica) el orden arquitectónico es académico.

El nombre se debe al Templo y Convento de Nuestra Señora de los Desamparados que estaba al lado de la estación.

Hace poco mientras paseaba por el Centro Histórico me percaté que Desamparados había cambiado su razón de ser, pues de estación de ferrocarril había mutado a museo, ingresé llamado por aquella sed de observar una vez más su bella arquitectura y por la curiosidad de saber que cosas habían colocado como literatura ahí adentro, me di con muchas sorpresas, todas gratas e interesantes.

Fui recibido por una anfitriona perfectamente uniformada quien me asignó un joven guía que lucía un impecable terno negro y una impecable camisa blanca cuya corbata gris le daba un aspecto sobrio y elegante, este joven se "pulió" explicándome los detalles históricos y arquitectónicos de la otrora estación, interesante intervención de un profano, me dio mucho gusto que alguien tan joven se haya interesado tanto en un edificio tan antiguo, luego de su intervención me llevó donde otro guía el cual sería mi cicerone a lo largo de mi recorrido.

La ruta está marcada por flechas que indican el orden y la dirección del paseo, iniciamos en la sala de los "Poetas del Pueblo" que como su nombre lo dice eran en su mayoría jovenes apristas de antaño, aunque algunos no lo crean (ni yo mismo) el APRA ha dejado un legado literario en nuestra patria, lo que me pregunto es ¿Porque estos apristas se hacen llamar del pueblo?, en fin, siempre ha sido así, pensándolo bien, no me interesa. Luego otra sala, y otra, y otra más, cada cual agrupando los diferentes estilos, momentos y etapas de nuestro pensamiento, así encontré a los Ilustrados, Modernistas, Vanguardistas, Indigenistas, Poetas, Periodistas, Quechuas y Aymaras, Vallejo, Mariátegui, Gonzales-Prada, Bryce (plagiario y todo, está), Varela, Porras-Barrenechea, Arguedas, Alegría, Sologuren, Sánchez, Haya de la Torre, Fanning, Matto de Turner, Adán, El Conde de Lemos, Belaunde, Gibson, Yeroví y muchos más, hasta llegar a la cúspide, no una sala sino una biblioteca en honor a nuestro buen Mario. Lo que más me sorprendió fue saber que en la selva también hay literatos y de tiempo atrás, mi ignorancia al respecto siempre me llevó a pensar que aquellos compatriotas orientales eran todos salvajes, analfabetos, que vivían en la Edad de Piedra y comían monos, raíces y gusanos, grata sorpresa me llevé cuando encontré literaruta de la selva, leí algo y quedé mucho más que "alfabetizado", nuestros gobernantes deberían empaparse de esos libros para conocer el pensamiento y la realidad de aquellos pueblos, la selva, demasiado sufrimiento y demasiada indolencia, demasiada explotación y demasiada tiranía, muchos países dentro de uno que muestra su indiferencia a diario. A quien no ví fue al Principe de los Escritores del Nuevo Mundo, al ilustre Inca Garcilaso de la Vega, no lo encontré, no lo ubiqué ¿Tal vez porque existe un museo a su memoria?

Pasé casi todo el día ahí adentro, protegido por la perfección arquitectónica de la ex-estación, me tomé un café al lado de las antiguas vías del ferrocarril, charlé con algunos nuevos escritores en el cimbreante Boulevard de los Autores, interesantes cambios de opiniones pero mucho más interesante el afán de auto-editar sus obras, leí por enésima vez algunos párrafos de "Conversación en la Catedral" bajo la multicolor luminiscencia del vitral que corona la Biblioteca Mario Vargas Llosa, al caer la tarde tuve que volver a la realidad cotidiana, salí de aquel lugar sagrado, observé los leones alados que adornan las fachadas de las antiguas mansiones del Jr. Ancash, espanté algunas palomas en la explanada de la Iglesia de San Francisco, vi pasar un par de rubias y andrajosas turistas y me introduje en la profana ciudad que tiene a la Av. Abancay como aterradora cicatríz, como serpiente con oxidadas escamas de metal que no cesa de lanzar maldiciones de CO2 y de parir a esos engendros que pueblan los más oscuros lugares de la ignorancia y la superstición, de la delincuencia y la maldad.


Antonio Gamio

El Inca Garcilaso de la Vega, varón insigne, digno de perpetua memoria. Ilustre en sangre. Perito en letras. Valiente en armas. Hijo de Garcilaso de la Vega. De las Casas de los duques de Feria e Infantado y de Elisabeth Palla, hermana de Huayna Capac, último Emperador de las Indias. Comentó La Florida. Tradujo a León Hebreo y compuso los Comentarios Reales. Vivió en Córdoba con mucha religión. Murió ejemplar: dotó esta capilla. Enterróse en ella. Vinculó sus bienes al sufragio de las ánimas del purgatorio. Son patronos perpetuos los señores Deán y Cabildo de esta santa iglesia. Falleció a 23 de abril de 1616.

Epitafio del Inca Garcilaso de la Vega, Capilla de las Ánimas, Catedral de Córdoba, España.

martes, 3 de noviembre de 2009

Crioween


¿Qué es Crioween?, suena a edulcorante o a exámen de tejido humano, pero no es nada de lo que se imaginan, pues es un termino creado en los 90s por el grupo Pataclaun para designar a las fiestas del 31 ed Octubre, el Día de la Canción CRIOlla y HalloWEEN, cuando ambas se juntan nace el Crioween.

No sé, ni me interesa, quienes fueron los que instituyeron el Día de la Canción Criolla, lo único que sé es que no hicieron nada por fomentar ese bello legado de nuestros antepasados, pues de haberlo hecho no estuviésemos repletos de tanto ritmo "bubblegum" como el perreo o la cumbia.

Recuerdo a mis padres y parientes bailar algún bonito vals o alguna elegante marinera en las reuniones familiares, un vermouth Cinzano o un Gandia como aperitivo, recuerdo las comidas abundantes que se servían, recuerdo el buen vino Vista Alegre sobre la mesa, y el bajativo por excelencia el aromático pisco Sol de Ica, recuerdo que mi abuela materna tocaba el piano, su compadre, el padrino de mi mamá tocaba el laud, y mi tía Estela entonaba lindas canciones criollas, por ahí algunas veces algún tío se animaba con las castañuelas, o a veces mi tío Carlos, más conocido como El Bola fungía de tenor, lanzando al viento famosas arias, o yo mismo recitaba alguna poesía que me facilitaba mi abuelo, recuerdo que siempre las terminaba con un "te quiero mucho mamá", luego al caer la tarde se servían los picarones acompañados de un más que oloroso café, y de ahí a ver los Picapiedras, el Topo Gigio y a la camita.

A pesar de todo lo anterior nunca celebré el Día de la Canción Criolla, siempre fue un día más que pasó desapercibido, y hasta ahora es así, no obstante me gusta la música criolla, de los ortodoxos me encantan Chabuca, Avilés, Polo Campos, De La Cruz, Bartola, Arturo "Tuta" Cavero, de los nuevos ¿Creo que no hay?, pues no conozco ni uno, tal vez Gianmarco, lo escuché cantando valses en alguna oportunidad, lo hizo bien, pero le faltó algo más de "feeling", de la vanguardia fusión, los Hijos del Sol, Micky Gonzales y un DJ, cuyo nombre lamentablemente no recuerdo, que mezcla valses con música electrónica.
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Halloween, igualmente nunca le mostré interés, a pesar que conocí esa tradición anglosajona de pequeño debido a la influencia de mis parientes extranjeros, nunca le ví el gusto por disfrazarme de bicho raro, monstruo, vampiro, momia o diablo. Fue recién en los 90s que con mis primos nos mandamos traer de New York unas máscaras de látex, yo usaba una de un horrendo lobo con colmillos enormes, mi primo Roberto una de un espeluznante vampiro vertiendo sangre por la boca y mi prima Audrey una de bruja verde con enorme nariz, así con las máscaras puestas y cubiertos con capuchas salíamos la noche del 31 solíamos escondernos tras los muros de granadilla de los solitarios pasajes que interconectan las calles de la Urb. San Joaquín y al detectar el paso de alguien aparecíamos a asustar, varios insultos y golpes nos llevábamos a casa luego de nuestros ataques, pero llenos de una cruel e insana alegría por haber asustado a muchos, tanto nos gustaba hacer esa maldad que llegamos a usar las máscaras a lo largo del año, cada vez que venía el aburrimiento salíamos por las calles a espantar a la gente, hasta que un día una señora, amiga de la familia se quejó con mis tios y con mis abuelos y con mi mamá y... se acabó el Halloween.

Ha pasado mucha agua bajo el puente desde que escuché cantar a El Bola "O sole mio", otro tanto desde que con mi primos asolábamos las calles de San Joaquín, y yo sigo igual, sin inmutarme por alguna de éstas celebraciones.

El viernes que pasó fue 30 de Octubre, con mis colegas del trabajo salimos a celebrar "El Día de la Integración IT", fuimos a Cieneguilla a un hotel campestre, desde que llegamos hasta que salimos la música criolla no cesó de escucharse, valses, polkas, marineras, tonderos, ritmo negro que hicieron bailar hasta el más aburrido (o sea yo), hasta décimas se lanzaron al aire, todo esto sazonado con abundante pisco sour y vino chileno ¡Faltaba más!, el vino chileno hace el maridaje perfecto con la comida peruana, pachamanca, parrilla y ensaladas, picarones, mazamorra y arroz con leche, dicho sea de paso hicimos un concurso de actuación que fue ganado por ¡Mi equipo!, un trofeo, lapiceros, polos, libretas, calculadoras, gorros, canguros, mochilas y bolsos para cada uno, una torta y una cena en "Corrientes 348" para los 18 de la fama o sea mi equipo y yo.

Salimos de Cieneguilla henchidos de criollismo, se hicieron planes para continuar la fiesta en alguna peña barranquina, todo el mundo avisó a su casa que llegaría algo tarde esa noche, y así entre piropos, pole dance de una espontánea, bromas y chistes llegamos a San Isidro, ochenta personas desembarcamos de las naves, tres buses alucinantes full equipo, subimos al piso 10 y ¡Oh sorpresa, era la Fiesta de Halloween!.
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Las chicas de los pisos 10 y 11 tuvieron la gran idea de (so-pretexto de agasajar a los hijos del staff) armar una fiesta de Halloween, como tuvo gran acogida se unieron las otras sedes, San Martín, Fénix y Miraflores y ¡No faltaba más! se organizó un concurso de la mejor decoración y vestimenta, ¿Quienes creen que ganaron? es obvio, nosotros, el piso 10 arrasó con todos los premios.

El ascensor se abrió y fuimos recibidos por Jill (oe Gamio ¿Y ahora que sigue?) una guapísima bruja de boca color carmesí, ¡Bienvenidos a esta noche del terror!, nos repartió algunos artefactos maléficos y nos hizo pasar al Salón del Terror dentro del cual todas las chicas estaban disfrazadas de brujas, cada cual mas guapa y espectacular que la otra, todas con sendas calabazas repletas de algún brebaje ponzoñoso que solo me hizo bailar más, otras repartían bocaditos de grotescas formas de insectos y otras animaban la fiesta, solo algunos chicos como mi broder Fernando lucían rojos cuernos y tridentes plateados, fue una gran noche de brujas, donde se escuchó desde Guns'n Roses hasta The Group Five osea ¡El Gruuupooo Ciiiincooo!, ¿Y los niños? pues, en el piso 11.
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Fue un verdadero Crioween, en un día pasé de Chabuca al Grupo 5, de Cavero a DJ-Tatana, de Los Zañartu a Guns'n Roses, de beber vino a alguna mezcla de Red.Bull con Vodka y marrasquino, de carne de cordero a mazapan color negro, de pisco sour a Peroni, de Lima-Perú al mundo entero, de la "Misa Criolla" a "Modern Love", fue la fiesta local el mundo.
Antonio Gamio


Hay un vals que siempre se lo dedicaba mi abuela Beatríz a mi abuelo Raúl, aquí les comparto un pedacito:


Fina estampa, caballero,
caballero de fina estampa, un lucero,
que sonriera bajo un sombrero, no sonriera.

Más hermoso, ni más luciera, caballero,
y en tu andar andar, reluce,
la acera al andar andar.

Te lleva hacia los zaguanes,
y a los patios encantados,
te lleva hacia las plazuelas,
y a los amores soñados.

Veredita que se arrulla,
con tafetanes bordados,
tacón de chapín de seda,
y fustes almidonados.

Vals: Fina Estampa
Autor: Isabel "Chabuca" Granda