...es lo que pude haber vendido en cantidades industriales el 19/01, si así hubiese sido, en estos instantes estaría viviendo de mis rentas en Mónaco o en alguna villa a orillas del Lago di Como, en Lombardia.
.
Metallica sonó brutalmente. Llegamos a San Marcos a las 16:30 horas, el ingreso fue tan ordenado como la cola del pan (y eso que nunca he comprado pan en mi vida, pero supongo que así será), varios agentes de seguridad V.I.P. nos registraron, y nuevamente en cola, ordenada, silenciosa ingresamos al estadio. Desde el saque, el ingreso fue emocionante, pues la entrada a ese coloso se realiza a través de un túnel, aluciné que ingresábamos al Anfiteatro Flavio en sus años de gloria, nos sentimos cual gladiadores rumbo a su fatal destino, estando en el interior del tunel la adrenalina comenzó a obrar, la sentí fluir en mis venas, el rumor de la multitud resonaba en el ambiente, miles de voces guturales convirtieron ese "tubo" en un lugar fantástico, y al salir... nos topamos con el sol y la muchedumbre esparcida por todo el campo, mejor dicho, por toda esa inmensa chacra, nos sentimos como insectos observados por curiosos científicos que desde las tribunas no se perdían uno de nuestros movimientos, y así luego del estupor previo nos fuimos amoldando a aquella puesta en escena pero no sin impresionarnos por el enorme escenario que se había armado, digno receptáculo para un megagrupo.
.
El escenario medía aproximadamente 60 metros de largo por 30 de alto, ocupaba toda la tribuna sur y delante de él se erguían cuatro torres de unos 40 metros de altura, dos a cada lado, una delante de la otra separadas por unos 50 metros, repletas de parlantes secuenciales, cada torre lucía una enorme pantalla LCD, y sobre el escenario se lucía otra pantalla LCD, enorme, inmensa, de 50 metros de largo por unos 25 de ancho, al borde de la misma se lucían sendos cañones de pirotecnia y alrededor del marco de acero que la sostenía estaban instalados los equipos luminosos. Luego de cerrar nuestras bocas, efecto causado por la magnitud de la escena, procedimos a buscar ubicación entre las 4 torres a unos 40 metros del escenario.
.
Las horas pasaron lentamente y en el interín se fueron formando pequeños espectáculos que algunos concurrentes perpetraron para delicia de algunos y escándalo de otros, como fondo musical nuestros oidos se regocijaron con AC/DC, System of a Down, Guns n' Roses, Alice Cooper, Sepultura, Slayer, y demàs grupos heroìcos de la movida metal y hard, mientras desde el cielo éramos filmados por las cámaras de América TV, desde un parapente alguien sobrevoló el campo de batalla lo cual ocasionó una ensordecedora ovación de la multitud ya congregada, y así la luz fue dando paso a la oscuridad, compañera perfecta para los más deliciosos placeres y madre de las criaturas de la noche que ya se daban cita en San Marcos.
.
A eso de las 20:00 horas, ya en plena noche se apagaron las luces, lo que siguió fue el feroz rugido de miles de personas, en las LCDs aparecieron las clásicas advertencias y consejos acerca de la seguridad y al culminar quedamos nuevamente a oscuras, escuchando las pruebas de sonido, viendo las pruebas de luces y la calibración del color en las pantallas, cuando de pronto, junto con un enorme resplandor, un flash, apareciò Nekropsia, "telonero" de Metallica, gran honor para estos peruanos, tocaron como si fuese su última vez dejando la vida en el escenario, la ovación no se hizo esperar, tocaron bien, son peruanos y son buenos, luego de la ensordecedora muestra de aprobación del respetable público quedamos nuevamente a oscuras, alumbrados sólamente por unos débiles haces que salían de las torres de sonido.
.
Un "spot light" se paseaba por las tribunas dejando ver que la gente continuaba ingresando, cada ves en mayor número, cada vez más apresurados, mientras tanto la cancha era una fiesta, todos al unisono coreábamos el nombre del grupo, cada vez más rápido, cada vez más violento, cada vez más impacientes, cada vez más repletos de adrenalina, cuando de pronto... se apagaron las luces, quedamos en tinieblas, en la profunda oscuridad que precede al relámpago, en las tinieblas más profundas, así a tientas unos a otros vimos como en las pantallas aparecía el video de un tema del grupo "The Ecstasy Of Gold", los coros no se hicieron esperar, como el himno de las tropas que van al combate, cual valientes guerreros fuimos a la batalla, todos a una, cantando repletos de emoción, cuando de pronto, en un abrir y cerrar de ojos, aparecieron los 4, ¡METALLICA!, no dieron respiro, iniciaron con "Creeping Death" a toda velocidad, a la velocidad de la luz, rápidos y furiosos, sólo recuerdo que desde ese momento no paré de saltar.
.
Fue una locura, la gente saltaba, coreaba, gritaba, a mil por hora, mientras nuestros oidos eran despiadadamente azotados por los decibelios que salían violentamente de las columnas que nos aprisionaban, brutal, bravazo, maldito, chévere, bacán y cuanto adjetivo exista para bonito, no existen palabras para describir aquella experiencia, a mi lado pude observar personas que de cuyos ojos brotaban lágrimas de emoción, en mi caso, me sentí contento de estar ahí, en el corazón del combate, en el corazón de la matanza, en el corazòn del Grial, en la mismísima Tierra Santa, ¡Al fin luego de 29 años de paciente espera!, lo que siguió fue una enorme fiesta, todos hermanados, abrazados, compartiendo el sudor, coreando y saltando todos los temas, unidos con chilenos, ecuatorianos, bolivianos, colombianos, argentinos, uruguayos, paraguayos, brasileños, ingleses, irlandeses, rusos, australianos, todas las banderas mojadas por el sudor, con lemas heroìcos de mil y un campañas victoriosas, alegría desbordante, la ilusión hecha realidad, el corazón repleto de felicidad, mientras tanto en el escenario esa bestia de cuatro cabezas hacia detonar sobre nosotros descargas eléctricas y golpes de batería que retumbaron en mi pecho cual pelotas de frontòn, nunca olvidaré el ritmo aplanador de esa baterìa, como cada golpe del "bombo" rebotaba en mi haciendo que mi cuerpo vibrase de emoción a la vez que saltaba y cantaba a voz en cuello cada canción.
.
Como algunos saben, uno de mis pasatiempos es repasar la historia de la humanidad, sobretodo las guerras de conquista, Farsalia, Actium, Termópilas, Platea, Troya, Cártago, Tobruk, El Alamein, Ardenas, Kursk, Austerlitz, Borodino, San Juan de Acre, Jerusalén, Hattin, Masadá, etc, son nombres que conozco muy bien, pero de todas las batallas, las que más he investigado han sido las correspondientes a las Cruzadas, y de todas ellas Jerusalén fue, tal vez, la más brutal, así me sentí aquella noche, tomando Jerusalén a sangre y fuego, decapitando infieles, pisando cadáveres por doquier, inmerso en la sangre de los camaradas caidos en batalla, rompiendo cráneos y quebrando espinas dorsales, sin remordimientos, sin pena, sin misericordia, sin prisioneros, estar en la cancha fue como hacer realidad todos mis sueños bélicos, pues el ritmo atronador del concierto no dio respiro a los débiles, sólo los fuertes sobrevivimos, muchos abandonaban la cadena y se apartaban para tomar un descanso pero fueron presas del cruel "pogo", todos aquellos que huyeron de la primera línea de batalla fueron ofrendados al destructor baile salido de las mentes más primitivas de la retaguardia de la horda metálica, todos fueron devorados y cayeron por los suelos comiendo tierra y pasto seco, mientras tanto los que permanecimos continuamos saltando y coreando, en una danza sin fin.
.
Cada vez más tierra, cada vez más polvo, cada vez más sudor y más lágrimas, cada vez menos energía y más cansancio, sacando fuerzas de donde ya no había continué rumbo a la victoria, Metallica entonaba "One" tremendo tema, una canción algo menos brutal lo cual nos brindo un pequeño respiro de unos cuantos segundos de pronto terminò y la milésima de segundo siguiente dio pase a "Master Of Puppets", para muchos la obra maestra del grupo, me sentí morir.
.
Culminó "One" y empezó la machacanrte marcha de "Master..." la horda se volvió loca, la gente perdió el control, fue la apoteósis, una especie de explosión emocional cuyo límite fue el cielo, oleada tras oleada de gente se lanzó sobre nosotros, todos a una fuimos dispersados, habíamos tomado Jerusalén, la Tierra Santa ya era nuestra, en el fragor del combate pude observar como los rusos gritaban a voz en cuello cada letra de la canción, sus cuellos tensos y sus venas infladas, sus rostros rojos y sus musculos cuales máquinas hidraúlicas impelían con furia sus puños hacia arriba, la vista solo llegaba a ver miles y miles de manos derechas alzadas, cual saludo ibérico, mientras tanto la inmensa nube de polvo levantada por nuestros pies caía sobre nosotros cual suave manto, detrás nuestro, el "pogo" devoraba a más y más debiluchos, caian por los suelos revolcados por la masa, un par de chicas hicieron topless pero fueron bajadas de los hombros de sus escoltas con sendas botellas de agua, luego fueron devoradas por el "pogo", mientras tanto el polvo secaba mi garganta y atollaba mi nariz, me sentí morir, pero algo me dijo "salta", y me entregué a la masa, no dominaba mi cuerpo, esa colosal maquinaria me llevó de un lado a otro, cual monigote de trapo, hasta que ya recuperado tomé posesión de un pedazo de tierra, una especie de promontorio del terreno y desde ahì culimné coreando a todo pulmón "Master, master, just call my name 'cause I'll hear your scream...", la toma de Jerusalén ya era un hecho consumado.
Culminó "One" y empezó la machacanrte marcha de "Master..." la horda se volvió loca, la gente perdió el control, fue la apoteósis, una especie de explosión emocional cuyo límite fue el cielo, oleada tras oleada de gente se lanzó sobre nosotros, todos a una fuimos dispersados, habíamos tomado Jerusalén, la Tierra Santa ya era nuestra, en el fragor del combate pude observar como los rusos gritaban a voz en cuello cada letra de la canción, sus cuellos tensos y sus venas infladas, sus rostros rojos y sus musculos cuales máquinas hidraúlicas impelían con furia sus puños hacia arriba, la vista solo llegaba a ver miles y miles de manos derechas alzadas, cual saludo ibérico, mientras tanto la inmensa nube de polvo levantada por nuestros pies caía sobre nosotros cual suave manto, detrás nuestro, el "pogo" devoraba a más y más debiluchos, caian por los suelos revolcados por la masa, un par de chicas hicieron topless pero fueron bajadas de los hombros de sus escoltas con sendas botellas de agua, luego fueron devoradas por el "pogo", mientras tanto el polvo secaba mi garganta y atollaba mi nariz, me sentí morir, pero algo me dijo "salta", y me entregué a la masa, no dominaba mi cuerpo, esa colosal maquinaria me llevó de un lado a otro, cual monigote de trapo, hasta que ya recuperado tomé posesión de un pedazo de tierra, una especie de promontorio del terreno y desde ahì culimné coreando a todo pulmón "Master, master, just call my name 'cause I'll hear your scream...", la toma de Jerusalén ya era un hecho consumado.
.
Continuará...
.
.
Antonio Gamio