viernes, 3 de abril de 2009

Piso 10


Me gustaría tener la capacidad de volar, así podría observar la ciudad desde arriba las veces que desee.
.
Estoy escuchando un concierto de Sinead O'Connor, sucedió en un festival en Basel, Suisse (o sea Basilea, Suiza, detesto que "traduzcan" los nombres propios) y me ha recordado la hermosa sensación que tuve al ver amanecer sentado frente a una ventana a más de 40 metros de altura, en aquella oportunidad también sonaba la irlandesa interpretnado "Nothing Compares 2 U".
.
Mi oficina se encuentra ubicada en el piso 10 de un moderno edificio en San Isidro, mi sitio se ubica en una esquina rodeada de un muro cortina de grandes ventanas de 3 metros de altura, así que tengo una vista magnífica de la ciudad, unos 270º de paisaje urbano.
.
Las mañanas se tornan divertidas al observar desde arriba el apuro de las personas por no llegar tarde a sus trabajos, con el Morro Solar como fondo veo correr a diminutos personajes, más de una vez alguna linda y perfumada chica ha tenido que cruzar a campo traviesa, cual 4x4, el enorme parque que adorna el vecindario, ataviadas con zapatos de taco 9 todas apuran el paso al borde de las 09:00 horas, igual los chicos, pero con mayor indiferencia como si pensaran "Pucha, si corro me voy a agitar, caballero, llegué tarde", el tráfico también se contagia de esa terrible emoción, los Mercedes y los Daewoo se mezclan dejando atrás sus diferencias de forma, tecnología y precio, al borde de las 09:00 horas es lo mismo una Nissan X-Trail que un desvencijado Toyota Tercel, no hay diferencias, no hay reglas, pero lo peor viene después, luego que los empleados han sorteado mil y un obstáculos por llegar a la hora, luego que han cruzado en luz roja, estacionado sobre la línea de cruce peatonal e ingresado en contra deben sufrir el martirio de formar cola para subir a los ascensores, los cuales no se dan abasto para transportar a la gente y una vez dentro los sufridos "clerks" (así le llaman los británicos) deben aspirar aromas que en el mejor de los casos van desde Givenchy hasta Kenzo, lo terrible es cuando el atiborrado espacio se comparte con algún sufrido mensajero forrado en cuero y bañado en sudor o con alguna chica en sus "dias difíciles" o con algún tipo con gingivitis.
.
En la tarde, el paisaje cambia, luego de la repetición de la histeria a la hora del almuerzo, llega la sobremesa, la cual dura desde las 15:00 horas hasta las 16:00 horas, en esos 60 minutos las cosas funcionan en cámara lenta, una vez más observo por la ventana y veo gente caminando lentamente comiendo un helado o fumando un cigarrillo, el tráfico se torna casi invisible y los mensajeros se vuelven protagonistas del espectáculo, mientras el cielo cambia de color la gente va inundano las calles, el parque se llena de vecinos con mascotas y algunos niños que se divierten en los artilugios mecánicos que allí se encuentran, la alta y delgada rubia que habita en la casa del frente sube a su azotea a tomar baños del sol poniente o a veces a hacer ejercicios, los obreros del Edificio Capital, en construcción aún, toman su lonche colgados de andamios, los empleados de la imprenta (vecinos de la rubia) suben al depósito a bajar fardos de papel ¿O a ver a la rubia?, cuando de pronto, esa pasividad casi armoniosa es interrumpida brutalmente por el ingreso en masa de personajes que salen de sus oficinas, ¡Son las 18:00 horas! la histeria vuelve, los Mercedes se muestran nuevamente y las 4x4 también, el parque se inunda de chicas con tacones altos y las esquinas con chicos planeando si irán a "La Carreta" o al "Starbucks", mientras el cielo se tiñe de lila y naranja las luces de la ciudad se van encendiendo, el espectáculo es magnífico, asoman formas y anuncios que de día no se notan, pero sobretodo, el Mar de Grau, teñido de dorado por las últimas luces del adormecido sol, mientras que en otro escenario, el parque, casi en penumbras es invadido por enamorados buscando un momento de privacidad para conversar o alimentar la pasión.
.
Llegada la noche y con la oficina desierta puedo disfrutar mucho más del paisaje, la ciudad a mis pies, totalmente iluminada e indefensa ante la oscuridad, las calles antes bulliciosas ahora desiertas, la tranquilidad que se observa es embriagante, fenomenal, mientras espero las 03:00 horas puedo disfrutar del hermoso paisaje de luz y color que ante mi se postra, es más hasta puedo ver la zigzageante red de alumbrado de los cerros al Sur, para paliar mi indignación ante semejante ejemplo de populismo suelo pensar que son lugares tipo Beverly Hills ¡JA! consuelo de tontos pienso, pero que más queda en una ciudad tan informal como la nuestra no podía faltar la ayuda a los pobres a costa de nuestros impuestos, también pienso "Es un buen escenario para el próximo ataque de Nosferata Invicta".
.
Todo preparado, todo listo, ya no hay tareas por hacer, son las 05:00 horas y la función empieza, las primeras luces del amanecer vienen de La Punta ¡A mucha honra!, desde el Callao entra la luz, llevo 42 años viviendo ahí y no me había dado cuenta ¡JA!, el cielo, ese espectacular lugar que me espera, va cambiando de color, desde la más profunda oscuridad se va tiñendo de celeste pálido, algunos tonos amarillos aparecen, el color vuelve a cambiar, de pálido a pastel, las primeras nubes se dejan ver, aún tímidas, mientras el astro rey hace su formidable aparición, aún es "verano" por lo tanto el sol despliega su dorada capa alumbrando el cielo, el mar y el Morro Solar, mientras Miraflores es acariciado por los dorados rayos, San Isidro aún permanece con el rocío del amanecer, ¡Increible!, aparecen los cerros del Sur, y los vidrios de las torres del distrito financiero reflejan cuales destellos las brutales temperaturas irradiadas por los rayos solares (producto de nuestra falta de solidaridad con el medio ambiente), mi oficina se llena de luz, son las 06:00 horas, aparece el personal de limpieza y con ellos vuelve la actividad, se enciende el aire acondicionado general y los vigilantes hacen su última ronda, mientras tanto el parque se inunda de "joggers" algunos acompañados de sus mascotas otros solitarios con I-pods conectados a sus orejas, la rubia sube a su azotea, hace algunos ejercicios aeróbicos, los repartidores de periódicos van de casa en casa, de edificio en edificio, por la calle pasa un anciano con una bolsa de pan, y el cielo ya es celeste, las nubes blancas y la Gloria de Dios es proclamada una vez más por esa estrella brillante.
.
Como arquitecto disfruto de pasear por la ciudad, de observar sus estructuras, su trazado urbano, sus edificios, sus formas y volúmenes, es por ello que el paisaje del cual disfruto lo veo desde otro punto de vista, donde algunos ven luces rojas yo veo señales de altitud, donde algunos ven sombras yo veo formas reflejadas, donde unos ven insectos yo veo personas, disfruto mucho de mi trabajo así como también del paisaje circundante, pronto nos mudaremos al Centro Histórico, mi punto de vista cambiará, pues mi oficina estará ubicada en un segundo piso, será motivo para estudiar las formas de la Plaza San Martín y sus edificios aledaños, para descubrir nuevos rincones de la ciudad, para sentir el latido de la gente común que no usa Mercedes ni Givenchy ni gasta S/.9.00 en un café servido en vaso de cartón, en medio de alguna manifestación y a ritmo de cumbia investigaré otros rincones de esta irracional pero interesante ciudad, ya no desde arriba sino a su nivel.
.
Antonio Gamio

1 comentario:

Gerardo Viacava dijo...

Bien toño !
no te vayas a subir muy alto nomas, luego capaz que te gusta :-)
pues me imagino que la experiencia de ver las cosas desde otra perspectiva es siempre cautivante, ha de detonar otras sensaciones y para los que tienen espiritu aventurero ... mas no asì para los otros rigidos!, bueno ... "para los otros que piensan diferente" :-j