lunes, 30 de agosto de 2010

S/. 200.00 y el Gothic Metal



Un billete de S/. 200.00 es algo usual en nuestras transacciones de fin de mes, me gusta su color, su textura y sobretodo su aroma cuando es nuevo, me encanta oler esos que salen de las ventanillas de los bancos, el aroma del dinero nuevo es delicioso, pero el tema de este humilde Blog no es el billete en sí, sino la figurita que lo representa, Santa Rosa de Lima, patrona de Las Américas y las Filipinas.
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Conocí a esa persona de niño, como muchos de nosotros a través de las aburridas clases de religión que nos impartían (e imparten aún) en nuestros colegios, como todo "niño bonito" estudié en un colegio religioso regido por curas norteamericanos, nada más cercano a una aldea Lebensraum que mi amado colegio ¡jajaja!, dentro de esas bellas aulas conocí a Rosa, la santa limeña.
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Siempre me extrañó su proceder, su extraño apego por el dolor y el sufrimiento, su esquizofrenía y su paranoia, su apetito insaciable por el oscurantismo dogmático, católica al fin, ya de adolescente descubrí que Rosa de Lima no era más que una loca-sadomasoquista-reprimida sexual-lésbica, fue así que lo que una vez imaginé de niño lo comprobé de joven, Santa Rosa = Santa Loca.
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Igualmente de adolescente nació en mi el gusto por aquel brutal ritmo llamado Heavy Metal, a pesar que provengo de una familia muy tradicional, imagínense que crecí escuchando tangos, valses, jazz y twist ¡y zarzuela y los clásicos!, mis gustos se definieron por un ritmo totalmente opuesto - en la mayoría de los casos, ya que el Heavy Metal proviene del blues y este del jazz- a la culta música que se dejaba oir en mi casa.
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Con el pasar de los años mis preferencias musicales fueron y vinieron, del Heavy Metal al jazz y de éste al chill-out, luego al r&b y de ahí al pop, y nuevamente al jazz y al blues, al Hard Rock y al Heavy Metal, al Prog, al Electrónic y así en un giro constante de gustos, estilos y colores, no obstante me quedo con el Heavy, no hay ritmo que se le compare. A fines de los 80s llegaron a mis oidos las tenebrosas melodías de un grupo llamado "Bathory" esa fue mi iniciación en el Black Metal, luego vinieron el Speed, Trash, Death, White, Folk, Groove, Doom, Nuke, Prog, Power, Industrial y finalmente Gothic Metal.
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Es ahí, en el Gothic Metal, en donde encaja Santa Loquita de Lima, pues las letras de los temas góticos son generalmente melodramáticas y fúnebres, suelen explotar temas de las música clásica, la barroca y la medieval, la temática de las letras suele tratar sobre religión, la depresión y el horror, comúnmente expresados de una forma romántica, es decir ¡Como anillo al dedo!, si esa loca viviese hoy fácilmente la "hacia grande" como vocalista de una banda de Gothic Metal.
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Imaginen la escena, Estadio Monumental, 60,000 personas, todo en tinieblas, una fría noche de 30 de agosto, algo de garúa, la niebla que se disipa sobre el estadio alejada por el clamor de la multitud que grita furibundamente ¡Rosa, Rosa, Rosa! cuando de pronto, las tinieblas se vuelven una oscuridad que se puede palpar, suena un ruido electrónico y a los primeros y furiosos acordes de una destemplada guitarra eléctrica acompañados de un coro trágico y gutural aparece vestida de blanco y negro Rosa de Lima, blusa blanca de gasa con volutas en los puños y en el cuello, pantalón de cuero tan ceñido que parece una segunda piel, botas altas con stilettos número 12, la cintura rodeada por una correa ancha de cuero con púas a su interior que desgarran la piel del vientre de Rosa, se dejan ver pequeñas gotas de sangre que se cuelan por los bordes, sobre su cabeza una corona de espinas hecha en acero, tan ajustada que duele y causa devaneos, y dentro de ella, en lo más profundo de su femineidad un dildo eléctrico que acaricia su virgo a mil golpes por minutos, éxtasis pleno, performance exquisita, los coros, las luces, el sonido, tremendo concierto, cuando de pronto, el silencio, Rosa en un paroxismo místico cae de rodillas, otra vez las tinieblas, aparece un spot light que sólo la alumbra a ella y... vuelven los tenebrosos coros, las guitarras y Rosa en un grito destemplado, botando espuma por la boca y con los ojos blancos grita "¡Soy tuya mi señor, soy tuya para siempre!", el publico, las 60,000 personas rompen en un pogo maldito que deja muchos maltrechos, el griterío es ensordecedor, es como morir cien veces, y así en medio de la pujante masa culmina uno de los números más espectaculares en la historia del rock.
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Por todo eso reafirmo, si esa loca viviese hoy fácilmente la "haría grande" como vocalista de una banda de Gothic Metal.
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Antonio Gamio

jueves, 5 de agosto de 2010

Farewell Roberto from 23rd Floor!!!

Mi primito Roberto retornó a Miami Beach el 17 de Julio, luego de mil y un parrilladas de despedidas y de re-encuentros con los "old boys" se fue, no quería irse pero debía hacerlo, las responsabilidades laborales y familiares así lo decretaron cual crueles dictadoras, cual implacables censoras de lo que se debe hacer, una vez más el cerebro tuvo que callar al corazón, partió de esta aldea en olor de multitud, sólo que yo no pude ir al jorge Chávez.
A casi un mes de su partida lo extraño mucho, tanto como extraño a mi hermano Dani, los buenos momentos pasados con ambos cuando estuvieron aquí se fueron demasiado rápido, como siempre sucede con los bellos tiempos, con las bellas épocas, con los buenos amigos, pero así es la vida y como la globalización nos tiene prisioneros de las cifras de las "macros" y del plástico, hay que continuar haciendo y guardando dinero para el retiro ¡Ya sólo faltan 7 años!
Casi un mes también ha durado la mudanza de mi oficina al resplandeciente Edificio Capital a sólo una cuadra de la anterior sede en San Isidro.
El Edificio Nacional, de estilo moderno, fue durante algo más de tres años la Sede Principal del banco más grande del mundo en Perú, ocupábamos dos pisos el 10 y el 11, mi oficina se encontraba en el 10, la vista era magnífica, las instalaciones amplias el ambiente laboral jovial, íntimo y el entorno algo silvestre pues al lado se encuentra el enorme Parque Abtao en el cual habita un halcón rojo al cual habíamos adoptado como mascota.
El Edificio Capital, igualmente de arquitectura moderna, es actualmente nuestra nueva Sede Principal, este edificio es "inteligente" pues está equipado con las últimas tecnologías en vigilancia, ahorro de energía y sistemas de AA, sus ambientes son totalmente dinámicos, es decir se pueden construir, reconstruir y deconstruir a voluntad del habitante, como arquitecto que soy me gusta su "estilo" pues es el mismo que yo promuevo, la arquitectura moderna y pragmática de la cual comentaré otro día, todo lo que existe en Capital tiene su razón de ser, el ornamento es delito y lo racional es lo óptimo. Una verdadera joya para el banco más grande del mundo en Perú. Los ambientes son muchos más amplios que los anteriores y la ordenación del "staff" es diferente, hemos perdido algo de intimidad y jovialidad pero la producción continúa óptima, un ambiente del primer mundo ayuda mucho a la inspiración, a la creación, a la innovación.
Ocupamos dos pisos el 17 y el 23, mi oficina se encuentra en el 23, que dicho sea de paso es el último nivel, tres pisos más arriba que cualquier otro banco o remedo de banco que existe en nuestro país, era lógico, debíamos estar por encima de todos (de todos los que pesan por cierto), pues, inclusive con la resaca de la crisis aún podemos comprar, si lo queremos, al banco más poderoso de nuestro país unas 20 veces inclusive liquidando a toda su gente, pero como no es necesario los dejaremos vivir, así cuando la piscina se seque nos pedirán por favor que los adquiramos al doble de su precio ¡Gran negocio!, pero volviendo al tema, desde el piso 23 tengo una vista de 360º de toda la ciudad, en un día claro puedo ver el hermoso balneario de La Punta y las miserables casuchas que se alzan en los cerros de Surco, la ordenada zona del distrito financiero en San Isidro y el repugnante caos vehicular en Lince, toda la Av. Javier Prado desde Wong de Camacho hasta la Av. Pershing, puedo ver parte del edificio de mi antiguo trabajo y la parabólica que adorna su azotea, nada se interpone en mi visión, soy un espía electrónico, una especie de vigilante con un ojo eléctronico que todo lo ve y registra ¡jajaja! creo que los Judas Priest compusieron el tema "Electric Eye" desde la cima de un rascacielos.
Sería alucinante sufrir un terreremoto grado 8 o 9 aquí arriba, pues no hay escape rápido posible, sólo quedaría observar el derrumbe de la ciudad ante mis pies, ver a la Costa Verde deslizarse hacia el mar y como éste se retira para dar paso al tsunami post-sismo que arrasaría La Punta y parte del Callao, y observar como mi esposa, mamá y serés queridos pasan en sendos zodiacs flotando sobre la Av. Javier Prado con sus banderitas peruanas en manos, de hecho que Gerardo lo hará en su tabla y Kike en su "morey", tal vez salir airoso de aquel desastre o en el peor ¿o mejor? de los casos morir, al fin y al cabo me iré al cielo, creo que no tengo nada que perder, pues si vivo o muero de Cristo soy a Él pertenezco (Carta a los Romanos 14:8) ¡jajaja, más fácil ni 2+2.
Si la vista desde el piso 23 es fabulosa ¿Cómo lo será desde el 46? ¡23 pisos más arriba! el próximo año empezaremos la construcción de lo que será nuestra sede principal y definitiva, la Torre Javier Prado que superará en altura y niveles a la Torre Westin-Libertador, el paisaje que se creará será faraónico y como dijo Jorge Chávez ¡Arriba, siempre arriba!
Primito si no te lo dije personalmente, desde aquí lo hago. Farewell Roberto from 23rd floor!!!
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Antonio Gamio