
El Cóndor, si con mayúsculas, es el ave reinante sobre los aún nevados parajes de nuestros imponentes Andes, su nombre en latín es Vultur Gryphus, que traducido literalmente significa "buitre-águila-león" resumido "animal fabuloso", tan fabuloso como las zonas donde habita.
Estuve observando unas fotos de este regio animal realizadas por uno de mis grandes amigos, él suele recorrer las rutas más espectaculares de nuestra accidentada geografía, en un día puede desayunar en Lunahuaná, almorzar en Cieneguilla y cenar bajo las estrellas a 3,400 m. s. n. m. en las alturas de Huaral, si han captado el itinerario no es necesario cruzar la cordillera para encontrar paisajes de fábula y me hizo recordar que de niño mis padres y abuelos me llevaban al Parque de Las Leyendas, bueno, ¿Quien de nosotros no ha ido allá de pequeño?, no sé si recuerdan pero ahí exisitía una enorme jaula color naranja que contenía Cóndores y Buitres Rey Sarcoramphus Papa (Padre de las aves carnívoras de pico torcido), eran pequeños ejemplares pero dentro del local llamado "Taxidermia" si se exhibia un enorme Vultur Gryphus con las alas extendidas, esa espeluznante figura negra siempre me acompañó en mis fantasias aladas.
En mis vacaciones suelo ir a Máncora, nunca imaginé que en una de esas oportunidades de ocio tendría la dicha de observar una pareja de cóndores "danzando" en el aire, el ritual del cortejo, estuve mirando inmóvil su "danza" por un par de horas luego de lo cual bajaron a la orilla del mar, a unos cinco metros de mi, e iniciaron otra "danza" esta vez para aparearse, fue espectacular, esas aves son inmensas, nada que ver con la que observé en el "Taxidermia" y mucho menos con las que revoloteaban en la enorme jaula naranja pues su aspecto es impresionante y atemorizante. El macho era un enorme ejemplar de color negro de unos 90 c. m. de altura, con un collar blanco resplandeciente y una cabeza color lila, no me atrevo a calcular la envergadura de sus alas, pero fácil superaban los 3 metros, la hembra era algo más pequeña, sin collar, de cabeza y cuello color granate y su plumaje de un tono caoba con un brillo rojizo muy hermoso, eso ha sido lo más cerca que he estado de un cóndor en estado salvaje y les comento que es inolvidable, escuchar sus aleteos y sus graznidos, observar el impávido ojo del macho clavado sobre mi persona mientras copulaba con su hembra me parecio algo desafiante de su parte, cual bizarro rey de los vientos marcó sus dominios ¡aún en tierra!.
Luego de las fotos y los recuerdos me quedé pensando en aquel bello animal, en la perfección de sus líneas, en la armonía de sus formas, en su vuelo majestuoso y atemorizante, ¡Gracias a Dios por haber creado esa hermosa y espectacular criatura!, antes que siquiera nazca el concepto de "crisis energética" esa máquina de vuelo ya ahorraba energía pues suele planear por kilómetros de kilómetros sin aletear utilizando únicamente las corrientes térmicas de las alturas, sus dominios van desde el nivel del mar hasta los 7,000 km de altitud, donde ningún humano sobrevive el Vultur Gryphus maniobra alegremente ¡increible!
Nunca más he tenido la enorme gracia de observar otro Cóndor, solamente en fotos, como las que tomó mi amigo en las alturas de Rupac, donde vivían los antiguos dioses del fuego y del viento, dioses vencidos por aquella creación divina llamada Cóndor, Señor indiscutible de aquellos parajes en donde sólo él El Kuntur se atreve a vivir.
Antonio Gamio
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