jueves, 16 de septiembre de 2010

El viejo entrar y salir


Hoy ha salido el sol, magnífica mañana para observar el parque, las aves, los autos que a lo lejos transitan por la avenida, interesante vista, el mismo par de chicas ataviadas en nike y adidas haciendo jogging (¿no trabajan acaso?), mi vecino entrando en su Yaris, el serenazgo patrullando las calles y el mismo grunge adolescente paseando a su labrador, bueno, más que pasear lo ha sacado a defecar, supongo que es así porque tiene su pequeña lampa en manos.
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Y... me puse a pensar, a pensar, a pensar, ¡jajaja! mi amiga Marybel siempre me dice "Antonio cada vez que te pones a pensar me das miedo" ¡jajaja! supongo que su temor es porque producto de esas cavilaciones en las profundidades gnósticas de mi mente siempre sale algo genial o disparatado, y eso me divierte tanto que hasta yo mismo me río sólo ¿Estaré volviéndome loco, loco, loco? ¿Culminaré con aquellos ojos de arroba que aparecen en las tiras cómicas? no lo sé ni me importa sólo me divierto.
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Producto de mi raciocinio intrínseco es que llegué a una conclusión, hay tres placeres indescriptibles, copular, comer y defecar, esto último por no colocar cagar, que sería un término menos elegante pero más gracioso ¡Gracias a Dios que nuestra semántica es riquísima!
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Copular, es la acción de unirse sexualmente con otra persona, hablemos en terminos heterosexuales, pues si nos expandimos en otros tipos de uniones nos faltarían bytes, copular implica en sí, aparte de los malabares, las posiciones estrambóticas y los juegos, el eterno bamboleo del in & out, del adentro y afuera, una sucesión a veces suave a veces frenética de entradas y salidas, de incoming y outgoing, es así que en ese roce constante y lubricado (de lo contrario siempre está el yogurt de fresa) nuestra razón se pierde hasta convertirse en pasión desbordante y... el placer supremo del orgasmo llega, tembloroso, poético, la petite mort como le dicen las parisinas, a veces con gritos, a veces con gemidos o a veces silencioso como el motor de mi carro, a veces a ritmo de heavy metal y otras como un waltz de Strauss, una vez, inclusive, estuve con una buena amiga que "se vino" mientras sonaba "Live and Let Die" de Wings, interesante su orgasmo, creo que se tomó a pecho la letra de esa canción.
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Comer, después de copular siempre me vienen ganas de comer, ¿seré el único? no creo, a casi todos mis amigos les sucede lo mismo, que rico que es comer rico, luego de un chorro de salidas de fluidos, pues the old in & out siempre culmina en un outgoing, no hay nada mejor que ingresar algo para recuperar fuerzas, y viene otro incoming, un buen plato de ceviche, cebiche o seviche (otra vez la semántica), corvina fresca, clara, con ese ácido tan delicioso que sólo puede aportar nuestro limón y el dulce del camote, un arroz con mariscos repleto de ellos y cubierto con queso parmesano que se derrite leeentamente, un chupe de camarones arequipeños, naranjas, enormes, agresivos como el Misti, un suspiro de limeña repleto de merengue, merengue de mi corazón, todo esto acompañado de una botella de champagne Veuve Clicquot, comer es uno de los placeres más grandes, inclusive, en ciertas oportunidades lo he preferido a copular, y no me he arrepentido de ello, a veces la lujuría se transforma en gastronomía peruana ¡Tenemos la mejor comida del mundo! ¿Quién lo duda?
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Al final pero no último, defecar ¡jajaja! es increible que esté escribiendo esto, ahora comprendo porque Marybel le teme a mis "pensamientos", a ver, recopilemos, copular = incoming/outgoing, comer = incoming, pues defecar ¿que será? siguiendo la lógica de la transición presentada viene un outgoing, un furioso y nada decoroso acto de evacuar desperdicios, y este tema es toda una ceremonia, para la mayoría de chicos esta pomposa liturgia implica la lectura de un libro de Bayly, para otros jugar Asteroids en el celular y para otros resolver el sudoku de El Comercio, en mi caso he realizado la liturgia completa, pero no hay nada más interesante que defecar escuchando música, percibir el outgoing a ritmo del Concierto de Brandenburgo es algo sublime, rayando el nirvana ¡jajaja!. En el caso de las chicas el tema es algo más sofisticado, entran con cierta aprehensión a los servicios higiénicos, ni se les escucha o si hacen ruido es porque están chismeando o viendo los últimos trapos traidos desde Amsterdam, en cambio los chicos conversamos de wc a wc, entras al "ñoba" y por los zapatos identificas al cagador de turno, le pasas la voz y mientras te sientas y sueltas la artillería pesada conversas amenamente del clima, o de la tabla de posiciones de la F1, inclusive compartes matches por lo debajo de los paneles que separan un trono de otro, para lo caballeros defecar más que un acto de placer también implica un intercambio cultural, socializar y luego salir al lado de tu socio en victoria y con el peso de una pluma, siempre que observo a un hombre saliendo del "ñoba" éste aparece con una sonrisa placentera, mientras que las chicas siempre aparecen con cara de pocos amigos, cruzarse con un fémina a la salida del "ñoba" es como toparse con un tigre de bengala en la jungla de Malabar.
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¿A que conclusión llegamos? pues que el copular implica doble placer, el ingreso y la salida, mientras que el comer y el defecar solo uno, ingreso para el primero y salida para el segundo, por consiguiente ¿Podríamos afirmar que copular es un placer completo? mmm, si vamos más allá, creo que no se puede copular si energías, y para obtenerlas hay que comer, tampoco se puede copular con el estómago lleno, puede causar serias molestias tanto en el que recibe como en el que otorga ¡jajaja! imagínense pues, en un jaleo brutal luego de un opíparo almuerzo peruano, la chica en "veinte uñas" y el tipo detrás, in/out, in/out/, in/out, cuando de pronto ¡Plop! una flatulencia se escapa ¡Que alucinante! algo indecoroso, espeluznante, pero como la copulación conlleva pasión pues la razón se ve impedida así que normal no más ¡A continuar con la operación!
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Y... lo dejo ahí porque el tema tiene para más, continuar significaría extender mucho el relato, cambiando de tema, ya que este artículo tiene por "portada" una carátula del álbum "In'n Out" de Joe Henderson les recomiendo otro, el álbum "Blue Train" de John Coltrane, magnífica obra que fue lanzada en 1957.
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Antonio Gamio

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